Una Nueva Definición de Salud

Ángel Abad Revilla y Tomás Hernández Fernández. 7 de abril de 2023

Salud es la dinámica hacia el equilibrio físico, mental, emocional y espiritual con uno mismo y con el entorno social y la biosfera, que permite afrontar los desafíos vitales de forma que se pueda desarrollar una vida satisfactoria y consciente.

La salud es equilibrio dinámico y conexión consciente.

Proponemos Una Nueva Definición de Salud. Ángel en Madrid, Tomás en Barcelona. Lo hacemos en el 75 aniversario de la constitución de la Organización Mundial de la Salud.

¿Por qué? ¿Por qué planteamos una nueva definición de salud? ¿Qué nos mueve?

La salud de las personas es lo que nos mueve. Dedicarnos a ella, como hacemos nosotros, es nuestro sueño, es nuestra pasión. Nuestro deseo es que todas las personas disfruten de una salud que les permita desarrollar una vida digna, plena y satisfactoria.

A lo largo de la historia, en distintas culturas y contextos se han elaborado distintas definiciones de salud y enfermedad.

Esta nueva definición nace de dos amigos, profesionales de la salud, médicos, especialistas en Salud Pública y en Medicina Familiar y Comunitaria, que compartimos un deseo con 8.000 millones de seres humanos: que cada uno de nosotros tenga salud y disfrute de una vida plena y consciente. Nos mueve la pasión por la salud.

Nos mueve proteger, promover y restaurar la salud y prevenir la enfermedad de las personas de cualquier parte del mundo y de cualquier edad. Disponer de una definición de salud adaptada al mundo actual es otro paso para contribuir a ello.     

La salud es uno de los derechos humanos más importantes. La epidemia de COVID19 y las nuevas amenazas para la salud global nos enseñan que no hay nada más importante en nuestras vidas. No lo son el dinero, ni el prestigio, ni el poder. Este momento y este lugar es una gran oportunidad para redefinir nuestras prioridades vitales. La salud es el gran pilar de nuestra existencia.

Nuestra definición alternativa surge con el objetivo de adaptarse al mundo actual, un mundo globalizado y de conexiones, conexiones entre personas y con el medioambiente.

Nuestra nueva definición se basa en la conexión consciente con uno mismo y con el mundo, en un equilibrio dinámico.

¿Para qué? ¿Para qué nace esta definición?

Para proteger el derecho a la salud y para disponer de unas coordenadas que nos ayuden a orientar mejor las políticas y estrategias necesarias para ello.

Valores

La salud es uno de los derechos humanos más importantes.

La salud es una dimensión de la vida, de las más importantes, junto a la felicidad y el amor. Es un gran valor y es un gran objetivo.

Salud y felicidad se asemejan. Nacen desde diversas tradiciones y disciplinas, y caminan hacia el mismo lugar, una vida plena, satisfactoria, consciente, con sentido, en armonía.

Características

La salud es global, tiene una dimensión planetaria.

La salud es un proceso dinámico, no es estático. Es un proceso armónico. Es un proceso de búsqueda continua del equilibrio, que dura toda la vida.

Trasciende las dimensiones biológica y mental e incluye lo emocional. Para muchas personas incluye también la dimensión espiritual.

El enfoque es personal, social y de la biosfera. Todos estos enfoques, estos distintos niveles, están interrelacionados entre sí.

Para tener salud es fundamental conocerse a sí mismo, esto es una de las dimensiones de la conciencia. La resiliencia potencia la salud.

El mundo exterior es el entorno social y medioambiental. En los sistemas médicos tradicionales de India y China se entiende que hay un macrocosmos exterior al individuo y un microcosmos formado por el individuo. Macrocosmos y microcosmos se influyen mutuamente.

La salud es subjetiva y, por tanto, es auto percibida. Se mide de la misma manera que se mide la felicidad, el amor, la sabiduría o la belleza. Aun así, podemos diseñar formas de objetivarla en cierta medida para poder evaluar las intervenciones en salud.

No es dicotómica. Se puede tener mayor o menor grado de salud.

La salud se puede proteger, promover o restaurar. La enfermedad entendida como desequilibrio, se previene. Restaurar el desequilibrio es restaurar la salud. Todos ellos son diferentes niveles de actuación y los diferentes agentes hacen más hincapié en uno u otro. Los servicios sanitarios actuales se suelen centrar en restaurar la salud.

Conceptualmente, la enfermedad, entendida como desequilibrio, es contraria a la salud.

La enfermedad, como acontecimiento vital, nos invita a darle un sentido que nos permita integrarla en nuestra biografía. La enfermedad es un indicador, un mensajero, que nos señala un desequilibrio y nos permite abordarlo para recuperar la salud.  

No siempre es lo mismo estar enfermo, entendido como desequilibrio, que tener un diagnóstico nosológico de enfermedad. El diagnóstico nosológico de enfermedad es un artificio, una convección, aunque útil porque ayuda a tomar decisiones clínicas y de cuidados.

Se puede tener poca salud sin necesidad de tener un diagnóstico nosológico de enfermedad específica. Se puede tener mucha salud con el diagnóstico nosológico de una o varias enfermedades específicas, de forma que se puede tener salud, por ejemplo, con caries, con miopía, con diabetes…

Tener el diagnóstico nosológico de una enfermedad de forma crónica, lo que habitualmente se denomina cronicidad, no significa que no se pueda tener salud.

Envejecer no es sinónimo de enfermedad.

Es difícil tener salud individual sin salud colectiva. Cuidar la salud colectiva es también una forma de proteger la salud a nivel individual.

Determinantes

La salud no solo está determinada en su aspecto físico, también lo está en el nivel mental, emocional y espiritual.

El desarrollo humano sostenible facilita tener salud. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, propuestos por la Organización de Naciones Unidas, la ONU, están directamente relacionados con los determinantes de la salud de las personas. Alcanzarlos facilita que las personas tengan salud.

El paradigma One Health es básico para poder tener salud. Todo en la biosfera está interconectado y es interdependiente. La pérdida de la armonía en esta red de conexiones ocasiona la pérdida de salud de la biosfera y por ende de los seres humanos. Cada uno de los seres vivos que integramos el ecosistema global y sus entornos somos compañeros de viaje, no somos amenazas. La salud es global.  

La genética, los genes que hemos heredado, determinan en parte nuestra salud. Investigaciones recientes ponen de relieve también la importancia de la epigenética; nuestros hábitos y nuestras condiciones de vida pueden influir en la salud de nuestros hijos e hijas también por esta vía.  

Los hábitos de vida que adoptan o pueden adoptar las personas, también determinan su salud. Estos hábitos de vida están condicionados o determinados en gran medida por cuestiones sociales.

Las relaciones interpersonales influyen poderosamente en la salud: las relaciones de pareja, las relaciones familiares, las amistades, las redes de apoyo, la pertenencia a una comunidad… La soledad y el aislamiento enferman.

La comunidad, el ámbito de lo comunitario, es un importante determinante de la salud y también uno de los espacios por excelencia de la intervención en salud.

El contexto socioeconómico, cultural y político, la economía, el medioambiente, la educación y el trabajo nos permiten tener las condiciones de vida necesarias para tener salud, son determinantes sociales de la salud. 

La equidad en salud también es un valor y un requisito indispensable para conseguir la salud a nivel individual y colectivo. La inequidad genera enfermedad y muchos otros problemas de índole social.

Las distintas formas de violencia dañan la salud de forma directa e indirecta.

La salud es un derecho. El enfoque de derechos humanos y el análisis de sus vulneraciones es una buena forma de entender las dinámicas de salud y enfermedad de las poblaciones.

La salud tiene una dimensión global, planetaria. Siempre la ha tenido, pero más que nunca en el siglo en el que vivimos.

El cambio climático es una amenaza para la salud de las personas. La crisis climática es una crisis de salud.

Las diferentes exposiciones a las que está sometida una persona en un momento dado o a lo largo de su vida (exposoma) determinan la salud.

Como en las antiguas filosofías orientales podemos decir que el ser humano es un microcosmos integrado en un macrocosmos. Mantenernos en armonía y equilibrio a nivel individual tiene una influencia en el nivel social y de toda la biosfera. Y al contrario, no podemos escapar de la influencia que la sociedad y la biosfera ejerce en nosotros como individuos.

Sistemas sanitarios

Los sistemas sanitarios tienen que ver con la generación de salud, pero poco. Fundamentalmente tienen que ver con la prevención, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad.

Cuando se habla de servicios parecería razonable hablar de servicios sanitarios y no de servicios de salud. La mayoría de los denominados actualmente servicios de salud, en realidad son servicios de “enfermedad”, servicios a los que acuden principalmente personas enfermas y cuyo objetivo primordial suele ser restaurar la salud.

Aun así, restaurar la salud es imprescindible para garantizar el derecho a la salud, por lo que ha de asegurarse la provisión de unos servicios sanitarios públicos dimensionados y financiados adecuadamente.

El sector de la salud debe trabajar con la comunidad y con otros sectores (vivienda, empleo, educación, alimentación…) del ámbito público y privado para tener un impacto real y eficiente en la salud de la población.

Nuestro decálogo

1. Salud es conexión consciente y equilibrio dinámico. Estar sano es formar parte de una red de relaciones armoniosas.

2. Conocerse  y estar conectado con uno mismo de forma consciente es fundamental para tener salud.

3. Mejorar y cuidar el entorno social y de la biosfera, es facilitar que las personas tengan salud.

4. El objetivo primordial de los Estados y de las políticas públicas debería ser crear las condiciones necesarias para que los individuos tengan salud.

5. Caminar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es facilitar que las personas tengan salud.

6. El centro de la salud no está en los servicios sanitarios, está en las condiciones de vida que están determinadas por la sociedad y por la biosfera.

7. Proteger la salud es lo que más valor social y económico aporta.

8. Trabajar para que las personas tengan salud es una actitud, es una manera de ser. Una manera de ser encantadora.

Los autores de esta nueva definición, no buscamos con ella ni dinero, ni prestigio, ni poder. Esta definición no tiene derechos de propiedad intelectual. Estamos encantados de que cualquier persona a la que le pueda ser útil para mejorar la salud de las personas, la utilice. La salud de las personas es lo que nos mueve. Dedicarnos a ella, como hacemos nosotros, es nuestro sueño, es nuestra pasión. Esa es nuestra recompensa.

Verano del 22, el calor extremo mata mucho

El exceso de mortalidad en España ha sido por el calor extremo

El cambio climático está aquí

Madrid, mediados del mes de julio del año 2022. Lleva días haciendo mucho calor.

María tenía 86 años. Vivía sola en su casa del barrio de Tetuán, en Madrid. La casa era el quinto piso en un edificio de cinco alturas y no tenía aire acondicionado. Había pasado toda la epidemia sin apenas salir a la calle. Sus tres nietas hablaban por teléfono con ella cada semana; alguna vez le iban a visitar. Tomaba cada día la medicación para su diabetes y para su insuficiencia cardíaca. El martes 19 de julio empezó a sentirse mal, con mucho cansancio y fatiga. En casa hacía mucho calor. La temperatura, en su barrio, llegaba a los 45 grados desde varios días antes. Le pidió ayuda a su hija. Al ver su estado, entre ambas decidieron acudir a su hospital, el Hospital La Paz. María estaba cansada, muy cansada. Los médicos le dijeron en urgencias que su insuficiencia cardíaca se estaba agravando. Cinco días después, falleció. Falleció en su cama del hospital, donde estaba ingresada, por un edema agudo de pulmón, una complicación de la insuficiencia cardíaca.

En España, este verano, han fallecido muchas más personas de las que se esperaba. Ha habido “exceso de mortalidad”.

La mayor parte de este exceso de mortalidad ha sido por el calor extremo.

El calor mata; esto ya lo sabíamos. Las olas de calor, como las que han afectado a España este verano, representan un riesgo sustancial para la salud de las personas y son potencialmente letales para las personas más mayores y frágiles, habitualmente con enfermedades crónicas.

El cambio climático está aumentando la probabilidad y la intensidad de las olas de calor; no sólo en España, también en el resto de Europa, en el norte de África, en Oriente Medio, en América, en Asia…

En España, este verano, han fallecido aproximadamente 15.000 personas por calor extremo.

Según mi criterio, como explico en esta entrada del blog, gran parte del exceso de mortalidad observado lo podemos atribuir al calor. Hemos estado casi la mitad de los días de este verano bajo “ola de calor”. Ha sido el verano más cálido del último siglo.

Verano del 22. Han fallecido demasiadas personas en España

Durante los meses de junio, julio y agosto, en España, han fallecido 120.579 personas, cuando se esperaba, según las series históricas, 99.140 fallecimientos. Por lo tanto han fallecido 21.439 personas más de las esperadas. ¿De qué han fallecido estas personas?

Alrededor de 15.000 personas han fallecido por el calor. El resto, unas 6.000 personas, han fallecido con Covid-19

El dato oficial de fallecimientos con Covid-19, del Ministerio de Sanidad, en ese periodo, es exactamente 6.007 personas.

El 92 % de las personas fallecidas eran mayores de 75 años y el 70%, mayores de 85 años

Curva de mortalidad observada (línea negra), entre 1 de junio y 31 de agosto de 2022, con respecto a la mortalidad esperada (línea horizontal, basal, azul).

Calor y Covid-19. En mi opinión, no hay otras razones que expliquen el exceso de mortalidad de este verano en España.

Las curvas de temperatura y de mortalidad en junio, julio y agosto, coinciden

En los dos gráficos que muestro debajo se observa que coincide el trazado de la curva de temperaturas máxima y mínima diaria, registradas por la Agencia Española de Meteorología (tomadas en Madrid, en el aeropuerto de Barajas) con la curva de mortalidad (curva de color negro), del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas, denominado MoMo, del Instituto de Salud Carlos III de España. La coincidencia es increíble. Coincide de manera asombrosa el incremento de mediados de junio y el pico de mediados de julio. Esto en epidemiología es demoledor. Las curvas están claramente correlacionadas. En epidemiología sabemos que correlación no siempre es causalidad, pero para hablar de causalidad tiene que haber correlación. Y en este caso es muy clara.

Coincide asombrosamente la «curva de calor» con la curva de mortalidad. El calor es una causa de fallecimiento bien establecida

Arriba: Curva de temperatura. Temperatura máxima – línea roja- y mínima- línea azul- diaria en Madrid (aeropuerto de Barajas) entre 1 de junio y 31 de agosto de 2022.
Abajo: Curva de mortalidad observada (línea negra), entre 1 de junio y 31 de agosto de 2022, con respecto a la mortalidad esperada (línea horizontal, basal, azul).

Verano del 22, ¿por qué fallecen las personas en épocas de calor extremo?

Muy pocas personas fallecen por golpe de calor o insolación

El calor es un desencadenante de la muerte en personas mayores, frágiles, con problemas de salud crónicos e importantes

Muchas enfermedades son «sensibles al calor», lo que significa que se exacerban o desencadenan por la exposición al calor. Las temperaturas elevadas de manera continuada incrementan las exacerbaciones de la cardiopatía isquémica, las arritmias cardíacas, los accidentes cerebrovasculares isquémicos, el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la insuficiencia renal. Además incrementa la presentación de trastornos neuropsiquiátricos, como las psicosis, la ansiedad y la depresión.

Por tanto, las principales causas de mortalidad durante las olas de calor están directamente relacionadas con enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, respiratorias y renales que ya tienen los pacientes.

En España tenemos una población cada vez más envejecida y los dos últimos años han hecho que tengamos más personas frágiles, y por tanto más vulnerables. Durante estos dos últimos años, de pandemia, han disminuido los autocuidados y los cuidados prestados por los sistemas sanitarios y sociales.

En los fallecimientos no se registra el calor como causa, tampoco el tabaco

El calor es un factor desencadenante que no se suele reflejar en el certificado de defunción como causa de muerte.

Cuando fallece una persona, su médico hace un certificado de defunción. En dicho certificado se tienen que especificar la causa inmediata, la causa o causas intermedias y la causa inicial o fundamental del fallecimiento. Casi nunca se especifica calor. Se suele especificar la enfermedad que le ha llevado a fallecer. En el caso de María como causa inmediata se indicó edema agudo de pulmón, como causa intermedia insuficiencia cardíaca y como causa inicial, la diabetes. No se incluyó, en ningún caso, calor. Algo similar ocurre con el tabaco. En España cada año fallecen 50.000 personas a causa del tabaco. Y en el certificado de defunción no se incluye el tabaco como alguna de las causas de la muerte. En este caso en los certificados de defunción se especifican enfermedades cardiovasculares o respiratorias o cáncer.

¿Por qué el MoMo sólo atribuye 4.663 fallecidos al calor?

El sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo) también calcula la mortalidad atribuida al calor y su estimación es de 4.663 personas fallecidas entre junio, julio y agosto. Esta modelización de la mortalidad atribuible al calor, que es un modelo epidemiológico creado en el primer lustro del siglo actual,  está elaborado sobre unos supuestos de episodios de calor menos intenso y duradero y partiendo de una población menos envejecida y menos frágil, según las series históricas de mortalidad.

Pero este verano del 22 no tiene antecedentes en cuanto al calor. Probablemente este modelo se tenga que ajustar a una situación cambiante por el cambio climático. Como dijo G.E.P. Box, un eminente estadístico británico, en esencia todos los modelos están equivocados, pero algunos son útiles.

Otras hipótesis intentan explicar el exceso de mortalidad en el verano del 22

Existen numerosas hipótesis que intentan explicar el exceso de mortalidad de este verano, como que el riesgo cardiovascular se incrementa durante varios meses tras la infección por SARS-CoV-2, que el incremento de la mortalidad es un efecto de la vacunación, que existen retrasos en la atención sanitaria, urgente y no urgente, que están aflorando diagnósticos perdidos y retrasados que no se han podido atender durante la epidemia…

Naturalmente los sistemas sanitarios y sociales no han podido cuidar de la misma manera a los pacientes que no tenían Covid-19 durante la pandemia. El sistema sanitario público español no estaba sobrado de recursos antes de esta epidemia, y menos ahora. Estos dos aspectos posiblemente hayan favorecido que los ciudadanos fuesen más vulnerables a los efectos del calor. Pero sin calor no hubiese habido tanta mortalidad.

Por otra parte, si las causas hubiesen sido las vacunas o el “fallo” del sistema sanitario o los efectos tardíos del Covid-19, aspectos que no son estacionales, la mortalidad permanecería elevada tras acabar el mes de agosto. Y no ha sido así.

La mortalidad se elevó a principios de junio y volvió a la normalidad a finales de agosto, al igual que las temperaturas. La curva de mortalidad se eleva cuando comienza el calor y se normaliza cuando acaba el calor.

Sí es verosímil que el incremento de concentración de contaminantes atmosféricos primarios, como la calima, o secundarios, como el ozono, que acompaña a las olas de calor, haya favorecido la mortalidad. Pero, igualmente, siempre con la presencia del calor.

En definitiva…

El calor extremo ha matado más personas en España que los accidentes de tráfico, los accidentes laborales y los suicidios juntos, aunque estas tres causas acaban con la vida de personas jóvenes. El calor extremo acaba con la vida de personas mayores y frágiles.

Por calor han fallecido 32 personas por cada cien mil habitantes. Por Covid-19, en el año más dramático, el año 2020, fallecieron 110 personas por cada cien mil habitantes.

El cambio climático está provocando que cada vez tengamos más mortalidad por el incremento del calor. En España estamos inmersos en una transición epidemiológica paulatina, de matar más el frío a matar más el calor

Necesitamos una salud pública potente, que incorpore la salud en todas las políticas

Dedicado a todas las personas, como María, mayores y frágiles…

Covid-19. Y ahora tres crisis…

El covid-19 nos ha hecho cambiar a casi todos. Hemos cambiado como personas y como sociedad.

Esta pandemia está generando tres crisis: económica, de los sistemas sanitarios públicos y de la salud mental.

Es hora de hacer balance para poder pasar página y mirar hacia adelante, convirtiendo estas crisis en oportunidades para mejorar.

Tras las olas de la epidemia, tenemos un tsunami de oportunidades.

Nos hemos dado cuenta de que está bien cuidar más de lo más preciado que tenemos, nuestra salud. Para ello también tenemos que cuidar nuestro planeta. Proteger nuestro planeta ayudará a evitar nuevas epidemias.

La crisis mundial provocada por la actual epidemia es la crisis sanitaria de mayor calado desde la gripe del año 1918, la llamada gripe española.

Tras 30 meses de pandemia han fallecido en el mundo más de seis millones de personas y algo más de 108.000 en España.

Esas malditas zoonosis

El covid-19 es una zoonosis. Una zoonosis es una enfermedad infecciosa transmitida, de forma natural, desde animales vertebrados al ser humano. Las grandes epidemias de origen infeccioso suelen ser zoonosis. La deforestación, que facilita un contacto más cercano entre personas y animales salvajes y el cambio climático que modifica los ecosistemas y también facilita la deforestación, van a aumentar el riesgo de aparición de estas zoonosis en el futuro. La globalización, la movilidad de las personas, facilita su propagación.

Aun así, en el siglo XX, el siglo pasado, otras dos zoonosis como la gripe española, que comenzó en 1918, y el sida, que comenzó en 1981, con cerca de 50 millones y de 36 millones de personas fallecidas respectivamente, superan con creces el impacto en cuanto a vidas humanas.

La gripe española fue una transmisión del virus desde el cerdo a los humanos. Miles de soldados que regresaban de la Primera Guerra Mundial habían estado en contacto con estos animales. La gripe española mató a más personas que la Primera Guerra Mundial que terminaba ese año. La guerra mató a 16 millones de personas, entre soldados y civiles.

El virus del sida, el VIH, se cree que se originó en primates no humanos, en África Occidental. E igualmente fue una transmisión del virus a los humanos.

Y el coronavirus SARS-CoV-2, podría haber sido una transmisión del virus desde el murciélago a los humanos.

Las tres crisis tras el covid-19

¿Crisis? ¿Qué crisis? decía Supertramp en su disco, en el año 1975. Y en la portada del disco se podía ver lo que sigue. Así vemos a veces el mundo. Pero cuidado, esta foto tiene truco… hay que «salirse de la caja»; sigue leyendo…

En la entrada del día 26 de abril del 2020, de este blog, incluía un gráfico visionario, del impacto del covid-19 sobre la salud. Lo vuelvo a incorporar ahora.

Impacto del covid-19 sobre la salud, a corto, medio y largo plazo. Tomado del blog Economía y Salud, originalmente de @VectorSting, con adaptación de Escarlata Almenar.

En esa entrada del blog escribía:

Los beneficios de las medidas de contención han de ser mayores que los perjuicios, en cuanto a la salud física y psíquica de las personas. El confinamiento tiene un beneficio directo a corto plazo, salva vidas, pero también un perjuicio directo, el deterioro de la salud física y psíquica de muchas personas frágiles y con problemas crónicos, y un perjuicio indirecto que viene dado por la importante pérdida económica para hogares y empresas, en el presente y en el futuro. El nivel socioeconómico es lo que más contribuye a la salud a medio y largo plazo. Por tanto, las medidas deben ser proporcionadas, de forma que el beneficio global sea mayor que el perjuicio global

En dicho gráfico se describen los impactos del covid-19 sobre la salud a lo largo del tiempo, desde el inicio de la epidemia, en 2019. Esto es, el impacto que tanto la enfermedad como las medidas de aislamiento social (el confinamiento, sobre todo) tienen en la salud física y psicológica, a corto, medio y largo plazo.

En el gráfico se describen 4 oleadas:

La primera oleada, de color rojo, es la correspondiente a las personas afectadas directamente por la enfermedad covid-19, sea ésta mortal, o no.

La segunda oleada, de color azul, la correspondiente a los pacientes con problemas de salud urgentes, no covid-19, cuya atención se demoró.

La tercera oleada, de color verde, la correspondiente a las personas con enfermedades crónicas cuya atención se había interrumpido por la aparición de la pandemia.

Pero la gran oleada es la cuarta, la de color naranja, la que predomina ahora y va a predominar durante un tiempo importante. Tiene un gran impacto en la salud, una importante repercusión en la salud de las personas. Es consecuencia de las medidas de control de la epidemia, como el confinamiento, y de cómo se experimenta, cómo se vive, la epidemia, y no tanto del efecto directo del virus. Incluye, según mi criterio, tres aspectos fundamentales, tres crisis distintas:

Crisis económica

Una crisis económica, que espero no llegue a recesión. Dado que el mayor determinante de la salud de una población, a medio y largo plazo, es su nivel socioeconómico, la crisis económica va a deteriorar la salud de la población de forma importante, en los próximos años.

Crisis de los sistemas sanitarios públicos

Una crisis de los sistemas sanitarios públicos, con importante saturación.

Durante años nuestro sistema sanitario ha estado infradotado de profesionales. La crisis del covid-19 ha puesto en evidencia las carencias ya existentes del sistema sanitario público. Carencias que se habían amortiguado y, en muchos casos, superado gracias al esfuerzo y dedicación de sus profesionales, con alta vocación y motivación. El sistema se sostenía gracias a la capacidad de adaptación de los profesionales sanitarios y el apoyo de la población.

Ahora los profesionales de los centros sanitarios están agotados y han aumentado sus problemas de salud mental. Se estima que el estrés, los trastornos del sueño y los síntomas depresivos se han multiplicado por tres en estos profesionales, que han estado en primera línea y han sido el elemento clave para atenuar los efectos de esta epidemia.

Pero es necesario potenciar alianzas entre sanitarios y ciudadanos para salir de esta pandemia con un sistema sanitario más fuerte, más enfocado al paciente, más resolutivo, y mejor preparado para el futuro. La crisis del covid-19 es una oportunidad para hacer cambios radicales en el sistema público de salud, que conlleva, al menos, una importante reorientación de las estrategias de recursos humanos, una adecuada política de salud pública y la añorada transformación digital.

Crisis de salud mental

Una crisis de la salud mental. Se ha deteriorado la salud mental de muchas personas, haciendo especial daño a los adolescentes. En un estudio realizado en el año 2021, en España, la mitad de los jóvenes tenía la percepción de haber sufrido problemas de salud mental en el último año y pensaban que su salud física y psíquica era peor que 5 años antes.

Es consecuencia de los cambios abruptos en los hábitos diarios, el aislamiento social, el miedo al contagio y la modificación de los roles familiares, incluyendo el teletrabajo o la escolarización en casa.  Y todo ello, durante meses. Estamos viendo cómo se han agravado los trastornos de salud mental que ya existían, especialmente los trastornos de la conducta alimentaria, y han debutado problemas de salud mental en personas que no los padecían previamente, probablemente en las personas más vulnerables.

Es hora de pasar página

Todas las crisis son oportunidades para cambiar. En este caso, cambiar nuestro modelo económico, nuestro sistema sanitario y mejorar nuestra salud mental.

¿Crisis? ¿Qué crisis? decía Supertramp en su disco en el año 1975. La portada completa del disco era esta:

Tras las olas de la epidemia, tenemos un tsunami de oportunidades, oportunidades que nos permitirán afrontar el futuro de manera más esperanzadora y, por fin, pasar página.

Feliz Verano y D&D&D (disfruta, descansa y desconecta)

Coronavirus. El reencuentro.

El coronavirus.

De nuevo vuelvo con mi blog. Y de nuevo, el virus contraataca.

Están aumentando los casos en toda España, pero esto nada tiene que ver con lo que vivimos en marzo y abril. Ya se nos ha olvidado. No tiene nada que ver. En aquel momento, que muchos de nosotros vivimos de manera muy cercana, fallecían muchas personas cada día en nuestros Hospitales, en las Residencias de Mayores, y en sus casas.

Ahora hay casos, pero son mucho más leves, ahora sólo ingresan en el hospital entre el 15 y el 20% de las personas que diagnosticamos con PCR positiva. En aquel momento era entre el 80% y el 90%.

Comparemos la situación actual con marzo

El día 16 de marzo, en Madrid, diagnosticábamos al mismo número de personas que hoy, 23 de agosto. Eran y son, alrededor de 1.250 personas cada día.

Pero entonces ingresaban en nuestros hospitales, 1.150 pacientes diariamente. Hoy han ingresado, 200 personas.

Ahora en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), en Madrid, hay 150 pacientes con coronavirus; en aquel momento había 1.000 pacientes.

E ingresados en las diversas plantas de nuestros hospitales, el 16 de marzo, teníamos 10.000 pacientes. Hoy, 1.300.

El 16 de marzo fallecieron 270 personas en los hospitales de Madrid. Ahora, menos de 10 personas.

Por tanto, ahora estamos en una situación, al menos, 8 veces menos grave.

Y lo más probable es que nunca se repita lo que ocurrió en marzo y abril.

Pero, ¿cómo salimos de esta situación?

Es normal que haya casos, que haya personas que se infecten. La memoria de los humanos es corta. Se nos ha olvidado que sólo hay tres maneras de salir de esta situación:

Disponer de una vacuna eficaz y segura. Ojalá me equivoque pero esta solución no es tan fácil. Si supiéramos que vamos a tener una buena vacuna la estrategia de esperar y permanecer con el mayor distanciamiento social, sería correcta.

Que el virus se vaya atenuando sólo, paulatinamente. Los coronavirus, como otros virus, no nos quieren matar, quieren convivir con nosotros. Es posible que vaya mutando y poco a poco tenga menos letalidad. Pero esperar a que esto ocurra de forma rápida parece un poco descabellado. Igualmente, si supiéramos que esto va a ocurrir, la estrategia de esperar y permanecer con el mayor distanciamiento social, sería correcta.

Inmunizándonos poco a poco, hasta conseguir la inmunidad de rebaño. Sigo pensando que esto es lo que va a ir ocurriendo. Inmunizándonos de forma controlada, poco a poco, protegiendo en la medida de lo posible a las personas más vulnerables, a las personas mayores o con problemas previos de salud, importantes. Que los jóvenes se vayan infectando poco a poco, siempre y cuando luego no convivan con personas vulnerables, sean mayores o con problemas previos de salud, a las que pueden contagiar. Una persona joven también puede morir por coronavirus, está claro, pero esta probabilidad es muy baja. En cambio, una persona joven puede fallecer por un accidente de tráfico, y no prohibimos la circulación por carretera.

Pero para mí el coronavirus ha sido mucho más que esto…

El verdadero reencuentro.

El reencuentro al que me refiero no es exactamente el reencuentro con el virus.

Me refiero al reencuentro entre nosotros, entre los humanos.

Cuando el mundo cambiaba a causa del coronavirus, la vida ha ofrecido una oportunidad de encontrarse a muchas personas. De encontrarse y de reencontrarse. Ha sido, y sigue siendo, una historia de encuentros y reencuentros personales. Porque los humanos nos hemos dado cuenta, de nuevo, que somos muy vulnerables, que todo se puede acabar casi sin darnos cuenta. Y lo único que tiene valor son las personas.

Para mí el Covid 19 ha supuesto el encuentro de nuevos amigos con los que he compartido muchos momentos muy difíciles, en circunstancias muy complicadas. Horas y horas compartiendo, encerrados en nuestros puestos de trabajo.

Esa historia de encuentros y reencuentros es la que siempre merece la pena seguir escribiendo… es lo único que queda. Es sentirse vivo.

Pensaba que algunas personas en mi vida ya no estaban, pero es posible que el que no estuviera, durante tiempo, fuera yo. Tengo la sensación de que estaban esperando.

Buscar el contenido de esta entrada me ha costado tiempo, cansado ya de coronavirus. La primera idea fue en la fila 24 de un avión. Seguí pensando en una isla, en Menorca, viendo una puesta de sol.

Y luego en Venecia, la ciudad de las máscaras, ¡qué ironía! Como si el mundo, sin avisar, nos hubiese desenmascarado a todos.

Este es un blog de salud. La vida es frágil, en cualquier momento se puede perder. Y la única manera de disfrutarla es quitándote la máscara y dando valor a lo único que lo tiene, las personas.

Acabo esta entrada en Tenerife, en la playa de Troya, viendo también una puesta de sol y escuchando la música que he incorporado a mi vida durante esta pandemia. Esa música me acompañará siempre…

* Todas las fotografías incluidas en esta entrada las he realizado durante este verano 2020

Coronavirus. En buena parte inmunizados… ¿es suficiente?

2.300.000 personas, en la Comunidad de Madrid, están inmunizadas. Y en toda España, 6.800.000.

Esto representa el 33% de los madrileños y el 14% de los españoles.

Cuantas más personas estén inmunizadas, más protegidos están el resto de ciudadanos.

Inmunidad tras la infección.

Tras pasar la infección, ¿quedamos inmunizados?

Sí. Eso parece. Las dudas que había sobre ello se van despejando. La principal duda surgía en Corea del Sur donde se pensaba que una persona que ya había tenido la infección podía volver a infectarse. Han confirmado hace unos días, que no es así.

Por lo tanto, sí parece que quedamos inmunizados.

Y, ¿cuánto tiempo dura esta inmunidad?

No estamos seguros, pero parece que al menos dos años, similar a otros casos de coronavirus, como el SARS en el año 2002. Naturalmente sólo lo sabremos, con seguridad, según vaya transcurriendo el tiempo.

¿Cómo he calculado que el 14% de los españoles y el 33% de los madrileños estamos inmunizados?

Calculando la letalidad real del virus y el número de fallecidos.

Es una estimación, partiendo de la letalidad y de la evolución que ha tenido la transmisibilidad (el número de reproducción) con las medidas de distanciamiento. De este segundo aspecto, la evolución de la transmisibilidad, hoy no voy a escribir dado que es un aspecto muy técnico. Pero sí quiero recalcar que la estimación obtenida por esta vía es muy similar a lo que voy a contar a continuación.

Voy a explicar cómo lo estimo, buscando la letalidad real del virus. Y después, tengo que encontrar el número de fallecidos.

A la búsqueda de la letalidad real del virus

Si conozco la letalidad real y también conozco el número real de fallecidos, puedo calcular las personas que ya han tenido la infección, y por tanto, ya están inmunizadas.

Voy a recordar el concepto de letalidad:

Es el porcentaje de fallecimientos entre las personas que se han infectado. Ahora todos los países estamos utilizando el término letalidad como el número de personas que fallecen entre las que se les ha diagnosticado Covid19 (sea porque tenemos la confirmación por un test PCR o porque la sintomatología sea claramente atribuida al virus). Este matiz es muy importante, dado que no diagnosticamos a todas las personas infectadas, sólo diagnosticamos a una parte de ellas. Y sólo diagnosticamos a una parte  de ellas, por dos razones:

  • porque un número importante de infectados son asintomáticos y por tanto no van a acudir a un centro sanitario para hacerse un test. Entre el 50 y el 80% de las personas que se infectan (y transmiten la infección) no presentan síntomas, son asintomáticos.
  • porque no todas las personas tiene acceso al test diagnóstico.

Si a todas las personas del país le hiciéramos un test diagnóstico y ese test diagnóstico fuese “fiable”, significaría que tendríamos identificados a todos los infectados y por tanto conoceríamos la letalidad real (de los infectados, los que fallecen). Pero como solo le hacemos el test a un número reducido de personas, la letalidad que describimos actualmente, es mucho mayor que la letalidad real. Pensamos que mueren más, en proporción, porque pensamos que se infectan menos. En general, detectamos a los que se infectan y se ponen “malitos”, y por tanto acuden al centro sanitario. Allí les hacemos un test PCR para el diagnóstico.

Estamos detectando sólo la punta de la pirámide

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Si conozco la letalidad real y conozco los fallecidos reales puedo calcular las personas que ya han tenido la infección, y por tanto, ya están inmunizadas.

Por todo ello, me he dedicado a estudiar los dos grupos de población donde más test se ha realizado, que me permiten aproximarme a la letalidad real:

  • Islandia: país del mundo donde más test se han realizado: al 14 % de la población general. En Islandia hasta ahora ha habido 10 fallecidos entre 1,801 infectados, por tanto la letalidad es del 0.555%. En Islandia fallecen 1 de cada 180 infectados.seljalandsfoss-1751463_1920
  • Profesionales sanitarios en España: se han realizado test PCR alrededor del 12% de los profesionales sanitarios (en nuestro país hay 850.000 profesionales sanitarios). La letalidad entre los profesionales sanitarios es baja, es del 0,118% pero es importante conocer que prácticamente no hay profesionales sanitarios, en ejercicio, mayores de 70 años. surgery-1822458_1920Y las personas mayores de esa edad son las que mayor letalidad tienen. Además el 70% son mujeres, que fallecen menos que los hombres. Pero estos datos me sirven para observar un aspecto muy importante, que los profesionales entre 50 a 70 años tienen el mismo porcentaje de fallecidos que los estudios de China e Italia, a los que me voy a referir ahora.

Estudios de letalidad con miles de pacientes en China y en Italia:

En estos estudios de China e Italia, los que más se aproximan a la letalidad real, se indica que es cercana al 0,6%. Este blog no tiene como objetivo convertirse en una publicación científica, pero hoy voy a incluir bibliografía al final de esta entrada, por si alguien quiere reproducir mis cálculos.

Mi estimación es que la letalidad real de este virus está cerca del 0,6%, por tanto, fallece 1 de cada 170 infectados.

A la búsqueda del número real de fallecidos

Ahora, para seguir mi “investigación” necesito conocer el número real de fallecidos:

En la Comunidad de Madrid, hasta el momento, han fallecido 13.857 personas por covid19, algo más de 8.500 en los hospitales. (datos oficiales de la Comunidad de Madrid)

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En toda España, hasta ahora han fallecido alrededor de 41.000 personas por covid19.

Por lo que en la Comunidad en Madrid están infectadas alrededor de 2.300.000 personas, el 33% de la población.

Explicación: Han fallecido 13.857 personas. Si dichos fallecidos son el 0,6% de los infectados, los infectados son 2.300.000. Y la población de la Comunidad de Madrid es de 6.850.000 habitantes –población según Tarjeta Sanitaria-.

Igualmente, en España han fallecido por covid19 hasta ahora, unas 41.000 personas, incluidas las fallecidas en Residencias de Mayores, por lo que estarían inmunizados 6.800.000 españoles, el 14% de la población.

Naturalmente el grado de inmunización no es homogéneo en toda España. Las regiones que más casos han tenido tienen más personas inmunizadas. Como he dicho, por cada persona fallecida, se han infectado como promedio, 170 personas.

En esta fase de transición de la epidemia, cuantas más personas inmunizadas tenga una región, más protegidos están el resto de los ciudadanos. Los que ya estamos inmunizados somos una pantalla, un cortafuegos, para la transmisión del virus.

Los estudios con test rápidos

COVID19_rapid_test-scaledPero entonces, ¿por qué algunos estudios con test rápidos de anticuerpos están informando de que sólo están inmunizados el 5% o 10% de los ciudadanos? Tiene su explicación, sobre todo porque los test utilizados son poco “fiables”, pero esto lo contaré en otra entrada de este blog, o en twitter @saludydoshuevos

Esta inmunidad, ¿es suficiente?

Esta es la gran pregunta: ¿esta inmunidad es suficiente para proteger al resto de la población? Todos los modelos teóricos, que buscan la inmunidad de grupo (también llamada inmunidad de rebaño), calculada a través de la transmisibilidad (conociendo el número reproductivo), dicen que no… pero, como diría un conocido humorista, ¿y si sí? Para responder a esta pregunta es hay que conocer, entre otras cosas, lo que ocurrió en el crucero Diamond Princess. También lo contaré en otra entrada, o en twitter @saludydoshuevos

sunset-205717_1920Todavía no puedo nadar, pero al menos ya puedo hacer otros deportes, escuchando a Dire Straits, siempre tras los aplausos de las 8.

Los profesionales sanitarios en España constituimos el 1,8% de la población general. En esta epidemia el 22% de los infectados somos profesionales sanitarios. A ellos va dedicada esta entrada.

Bibliografía:

Spread of SARS-CoV-2 in the Icelandic Population.Daniel F. Gudbjartsson, Ph.D and others. NEJM, April 14, 2020.

Estimating the infection and case fatality ratio for coronavirus disease (COVID-19) using age-adjusted data from the outbreak on the Diamond Princess cruise ship. Russell Timothy W and others. February 2020. Euro Surveill. 2020;25 (12).

Estimates of the severity of COVID-19 disease. Verity, Robert and others. MedRxiv CSH BMJ Yale. 2020.03.09.20033357.

Similarity in Case Fatality Rates (CFR) of COVID-19/SARS-COV-2 in Italy and China. Rossella Porcheddu and others. J Infect Dev Ctries 2020; 14(2):125-128.

Datos oficiales del Ministerio de Sanidad y del Instituto de Salud Carlos III (incluidos los datos sobre los profesionales sanitarios), Johns Hopkins University, eCDC y ChinaCDC.

Coronavirus. De la Tormenta Perfecta a la Calma Perfecta, o casi.

En la Comunidad de Madrid alrededor del 33% de las personas ya están inmunizadas y en toda España, el 14%.

Esto significa que ahora, en la Comunidad de Madrid, estamos en una posición privilegiada para acabar con esta epidemia.

Este cálculo no está realizado con un estudio de seroprevalencia, como el que se va a hacer en las próximas semanas, sino con los datos que ya tenemos, de mortalidad, de ingresos hospitalarios, de contagiosidad, de frecuencia de personas asintomáticas y del efecto de las medidas de contención.

Antes de acabar este mes de abril explicaré en este blog con más detalle, cómo lo he calculado.

Conocer las personas que están inmunizadas es fundamental para diseñar esta próxima fase, inapropiadamente llamada fase de desescalada.

¿Por qué ya estamos tantas personas inmunizadas?

El coronavirus está en la Comunidad de Madrid, al menos, desde finales de enero. Este virus tiene una transmisión rápida. Cuando comenzamos a tomar medidas de distanciamiento ya teníamos muchas personas infectadas y que transmitían la infección. Por tanto, tuvimos un caldo de cultivo importante durante, al menos, 45 días. Desde finales de enero, muchas personas jóvenes (las que más interacción social tienen) tuvieron procesos que se confundieron con la gripe, que no se detectaron como coronavirus. Las personas menores de 50 años evolucionan bien, pero contagiaban a otros. Y otros muchos, asintomáticos, también transmitían la infección.

Regiones como Madrid, Lombardía, Barcelona, Nueva York, París, Londres son cosmopolitas, a ellas acuden muchas personas desde diferentes partes del mundo. Y los residentes de estas ciudades interaccionamos con muchas personas y a muy poca distancia. Imaginemos, cuando ya estaba el virus por nuestras ciudades, un viernes por la noche en Madrid (en la Cava Baja) o en Barcelona (en el Born)… Ese caldo de cultivo hizo que tuviéramos muchos infectados. Por tanto llegábamos al 14 de marzo (estado de alarma en España) con muchas personas ya infectadas. Y el 14 de marzo, al confinarnos en casa, la transmisión se convirtió en intrafamiliar, si alguien de la familia no estaba infectado, a partir del día 14, se infectó.

Como se ve en la figura 1, en esta enfermedad, de media (técnicamente la medida la denominamos mediana), desde que una persona se infecta hasta que ingresa en el hospital (los casos que precisan hospitalización, que son la minoría), transcurren 11 días (entre 6 y 17 días)

Figura 1. Tiempo desde que una persona se infecta hasta la hospitalización o ingreso en UCI o fallecimiento.

En la Comunidad de Madrid el día en el que mayor número de personas ingresó en los diferentes hospitales fue el día 26 de marzo.

Probablemente el mayor número de personas infectándose ocurrió alrededor del día 15 de marzo.

Ni que decir tiene lo que ha ocurrido en los centros “cerrados”, como las Residencias de Mayores.

Todos estos datos son importantes para el cálculo del número de personas que ya están inmunizadas, en Madrid y en el resto de España.

¿Cómo se acaba con esta pandemia?

Sólo existe una manera de acabar con esta pandemia. Con inmunidad.

La inmunidad se puede conseguir de dos maneras:

  • con una vacuna (no la tendremos, al menos, hasta principios del año 2021).
  • pasando la infección (lo que llamamos inmunidad natural, esto es, nos infectamos y por tanto, nos inmunizamos)

Cuando un porcentaje suficiente de personas están inmunizadas como para hacer una barrera a la infección, habremos alcanzado la inmunidad de grupo o inmunidad de rebaño (es lo mismo, inmunidad de rebaño es una traducción literal del inglés, herd immunity).

Para entender cómo funciona la inmunidad de grupo

La inmunidad colectiva o de grupo (de rebaño) se adquiere cuando un número suficiente de individuos están protegidos frente a una determinada infección y actúan como cortafuegos impidiendo que el coronavirus alcance a los que no están inmunizados. El número suficiente necesario lo comentaré en una próxima entrada de este blog.

Es lo único que hay que hacer, conseguir inmunidad.

Hay que alcanzar la inmunidad de grupo de forma controlada

¿Cómo se alcanza la inmunidad de grupo de forma controlada?

Protegiendo a los más mayores y frágiles (ancianos y enfermos crónicos), que son los que tienen mayor letalidad si se infectan.

Y dejando que el coronavirus se propague por el resto de la población. El objetivo de esta fase del brote epidémico debería ser que se infecte un número suficiente de personas como para adquirir la inmunidad de rebaño.

En lo que difieren las diferentes estrategias es en el tiempo en el que se tarda en llegar a conseguir dicha inmunidad: si es en poco tiempo corremos el riesgo de que colapse el sistema sanitario y si es en mucho tiempo corremos el riesgo de sufrir los efectos adversos de las medidas de contención.

Efectos adversos de las medidas de contención

Los beneficios de las medidas de contención han de ser mayores que los perjuicios, en cuanto a la salud física y psíquica de las personas. El confinamiento tiene un beneficio directo a corto plazo, salva vidas, pero también un perjuicio directo, el deterioro de la salud física y psíquica de muchas personas frágiles y con problemas crónicos, y un perjuicio indirecto que viene dado dado por la importante pérdida económica para hogares y empresas, en el presente y en el futuro. El nivel socioeconómico es lo que más contribuye a la salud a medio y largo plazo.

Las epidemias también son injustas, sus efectos son peores para los más vulnerables.

Por tanto, las medidas deben ser proporcionadas, de forma que el beneficio global sea mayor que el perjuicio global.

En la figura 2, se observan los efectos adversos de las medidas de contención sobre todo en la cuarta oleada, la naranja, pero también en la tercera oleada, la verde.

Figura 2. Impacto del coronavirus sobre la salud. Imagen tomada del blog Economía y Salud. @VectorSting. Adaptación de Escarlata Almenar.

¿Otra opción para “desescalar”?

Existe otra opción, que sostienen algunos profesionales de la Organización Mundial de la Salud: permanecer con medidas de contención, hasta que haya vacuna. En mi opinión esta propuesta es inadecuada, dado que el aislamiento no es inocuo, como comentaba antes.

Por otra parte la tolerancia a medidas como el confinamiento se mantienen mientras haya mucho miedo. Pero el miedo con el tiempo, se atenúa, esto es una característica de los humanos. Si se mantiene mucho tiempo el confinamiento y otras medidas de distanciamiento, se dejan de hacer.

Es curioso que la primera entrada de mi blog fuera Salud, soledad y obesidad. El confinamiento está aumentando la soledad y el sobrepeso.

Permitir la libre circulación a las personas inmunizadas es algo básico. Ni se infectan ni transmiten. Y facilitaría la reactivación de la economía, sobre todo con un 33% de personas inmunizadas, como yo estimo.

Ahora se ha reiniciado otro debate…. pero es muy probable que la infección por COVID-19 sí confiera inmunidad. Tenemos muchos más datos que apuntan a esta afirmación, que a la contraria.

Esta entrada la quiero dedicar a la memoria del doctor Emilio Úcar, gerente del Hospital Universitario Santa Cristina de Madrid, que falleció el día 16 de abril por COVID-19. Nunca olvidaré que el 11 de marzo nos ofreció incorporar en su hospital 8 camas de UCI, para poder atender mejor a los pacientes críticos que sabíamos que nos iban a llegar. Y así lo hizo….

Coronavirus. Doblar la curva. El 5 de abril.

Objetivo, doblar la curva.

En este momento el objetivo no es frenar la curva o aplanar la curva. Ese momento ya lo hemos superado.

El objetivo ahora es doblar la curva. Dejar de subir y comenzar a bajar.

Una curva epidémica es como la trayectoria de un vuelo muy corto. Imaginemos un vuelo entre Madrid y Barcelona. Subimos muy rápido y prácticamente nada más llegar arriba, a unos 10 kilómetros de altura, comenzamos a bajar. Y bajamos rápido. Así va a ser la curva epidémica de COVID-19 en España. Ahora seguimos subiendo. Y estamos a unos 9 días de llegar al punto más alto, a la cima. A partir de ahí, bajaremos.

En el siguiente gráfico (gráfico 1) se observa la curva epidémica que ya proponía en este blog el día 19 de marzo. Para mí, este escenario sigue vigente.

La curva se doblará sobre el 5 de abril, llegando en ese momento al máximo número de pacientes a la vez, unos 107.000 (casos diagnosticados menos pacientes recuperados y fallecidos). Alrededor del doble de los que tenemos ahora.

Gráfico 1. Curva epidémica propuesta para COVID19. España. Hasta el día 27 de marzo son datos reales. A partir de dicho día es una estimación.

Hasta ahora hablábamos de aplanar o frenar la curva, como objetivo principal. Que el avión subiese con menos inclinación. La principal intención para aplanar o frenar la curva era que nuestros sistemas sanitarios fuesen capaces de dar respuesta a este problema de salud.

En el siguiente gráfico (gráfico 2) se observa el cambio en la curva cuando el objetivo es aplanarla. Para aplanarla es fundamental el distanciamiento social. Para doblarla, también. Incrementando el distanciamiento social pretendemos aplanar la curva, esto es, pasar de una transmisión incontrolada del virus a una transmisión controlada del virus, lo que permite que el sistema sanitario pueda dar respuesta, dado que los casos se van presentando a un ritmo más lento; el avión sube con menos inclinación.

Gráfico 2. Objetivo, aplanar la curva (de una curva azul a una curva roja, más aplanada)

Nuestro sistema sanitario, aunque con mucho esfuerzo, hasta ahora está dando respuesta a las necesidades, al importante número de pacientes que va enfermando.

Como ejemplo, en la Comunidad de Madrid, en la que trabajo. Nuestros profesionales han multiplicado por tres, las camas de UCI, y por dos, las camas de hospitalización convencional. Quedan unos 9 días, en los que se va a duplicar el número de pacientes.

¿Cómo entender las curvas que nos van a ir mostrando?

Principalmente vamos a ver dos tipos de curva:

  • Curva de casos acumulados:

En las noticias cada día escuchamos el número de casos positivos acumulados. El adjetivo “acumulado” es muy importante. Es el número de casos desde que se inició la epidemia.

Cada día nos informan del número de casos desde que se inició el brote epidémico. En España hoy tenemos 64.059 casos. Mañana serán alrededor de 72.000 casos. Esto se representa con la curva de casos acumulados (gráfico 3). Al ser casos acumulados, esta curva va a seguir subiendo y dentro de unos 9 días seguirá elevándose, pero ya a un ritmo mucho más lento.

Gráfico 3. Curva de casos acumulados
  • Curva epidémica :

Es la curva más importante. Contiene el número de enfermos que hay en cada momento, esto es, el número acumulado restándole los que ya no están enfermos, por tanto, restándole tanto las personas que se recuperan como las que fallecen.

Con esta curva podemos determinar las necesidades de camas de hospitalización convencional y camas de UCI.

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Gráfico 4. Curva epidémica.

La parte ascendente representa el crecimiento de la epidemia. Su pendiente o grado de inclinación indica la velocidad de propagación de la epidemia, en este caso, elevada. La curva descendente representa el agotamiento de la ola epidémica.

En esta curva epidémica llegamos a la cima, y comenzamos a doblar la curva cuando el número de nuevos casos sea menor que la suma de los casos recuperados y fallecidos. A partir de la cima, la curva epidémica empezará a bajar casi a más velocidad de la empleada en subir. Nuestro avión comenzará el descenso hasta aterrizar, 15 o 20 días después.

Y hasta ahora, ¿hemos conseguido nuestro objetivo de aplanar la curva?

Es importante, para que otros países tengan previsión sobre cómo actuar, conocer si hemos conseguido nuestro objetivo previo, aplanar la curva de manera importante.

Probablemente no lo sepamos con certeza.

Uno de los objetivos del distanciamiento social es que el ritmo al que van enfermando las personas sea más lento.

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El COVID-19 tiene unas características de contagiosidad tan elevadas que dificultan conseguir este objetivo.

Si no se hubiese realizado distanciamiento social hubiese sido mucho peor; hubiésemos tardado más en doblar la curva.

Ningún país, hasta ahora, salvo Corea del Sur, ha conseguido aplanar la curva de forma importante. En Europa, tanto en Italia como en España, hemos tenido un incremento rápido de casos. Y por ahora, epidemiológicamente, Estados Unidos de América lleva el mismo camino.

Lo estamos consiguiendo

La subida está siendo interminable, pero lo vamos a conseguir.

Tenemos un gran sistema sanitario. Mejorable, claro, como casi todo. Lo que estamos viviendo se estudiará en todas las universidades y “escuelas de negocio”. ¿Conoce alguien alguna organización que sepa dar respuesta adecuada, en tan poco tiempo, a un problema tan complejo?

Y además, dando respuesta con escasos equipos de protección, enfermando los profesionales, con escasos test diagnósticos…. El sistema sanitario español está formado por los mejores profesionales, por sus conocimientos, aptitudes y actitudes. Esto último es fundamental, profesionales que creemos que lo mejor que podemos hacer, es el bien a los demás.

No hay piscina, pero sí música… música para una temporada de aislamiento, música de Dire Straits…

Coronavirus. La tormenta perfecta.

Anoche, en un rato de descanso, retomé una lectura, El arte de la guerra de Sun Tzu, estratega y filósofo chino.

“Si te conoces a ti mismo, pero no conoces al enemigo, por cada batalla ganada perderás otra; si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla”.

El enemigo actual es el coronavirus.

Y para vencerlo, hay que conocerlo.

La tormenta perfecta

Imaginemos un escenario en el que aparece un virus nuevo. Este virus se transmite por vía aérea. Tiene alta capacidad de contagio, puede infectar a toda la población, no sólo a una parte, se transmite con facilidad entre muchos ciudadanos y sin apenas darnos cuenta. Y además es bastante letal, mata a muchas personas de las que infecta.

Es la tormenta perfecta. Es nuestro escenario actual. Es nuestro coronavirus.

¿Por qué es una tormenta perfecta?

Por varias razones:

  • Porque toda la población puede infectarse. Esta condición se daba al principio de la epidemia: Nadie había contraído la infección. El virus es nuevo. Y nadie está vacunado (no hay vacuna).
  • Porque el virus pasa con facilidad de una persona a otras (alta capacidad de contagio)
    • Porque desde que te infectas hasta que mueres (las personas que fallecen)  pasa mucho tiempo, unas tres semanas. Por lo cual, al inicio de la epidemia, cuando detectamos el problema (habitualmente lo detectamos cuando una persona ha fallecido por esa causa), ya hay muchas personas infectadas, que no hemos podido detectar. Y que están diseminando la infección.
    • Porque actualmente ya hay en la población muchas personas infectadas, y un buen porcentaje de ellas son asintomáticas o con pocos síntomas. Pero transmiten.
    • Porque las personas asintomáticas lo pueden transmitir. El 40% de la transmisión se origina en personas asintomáticas. Al principio pensábamos que sólo las personas con síntomas podían transmitir el virus, pero parece que transmitimos desde dos días antes de comenzar a tener síntomas.
    • Porque cada persona se lo transmite de media, a tres. El número reproductivo básico (lo llamamos Ro) parece que, en el momento actual de la epidemia, es de 3. Esta es una cifra elevada. Cada infectado transmite la infección, de media, a otras tres personas.
    • Porque las medidas clásicas de aislamiento o distanciamiento social, cuando se toman, son limitadas, dado que ya hay muchas personas infectadas, que están transmitiendo. Y la transmisión comunitaria pasa a ser en el ámbito domiciliario.
  • Y es bastante letal. Es más grave de lo que yo pensaba. Probablemente esté produciendo la muerte al 0,6% de las personas que se infectan, esto es, a una de cada 166 personas infectadas. En la gripe estacional, es del 0,1% de la población (a una de cada 1000 personas que se infectan).  Por tanto, 6 veces más letal que la gripe. Produce la muerte, principalmente, a personas mayores de 70 años y con problemas previos de salud. De los infectados, el 5% (muchos) necesitan una unidad de cuidados intensivos (UCI) y alrededor del 15% de los pacientes necesitan ser ingresados en una cama de hospitalización convencional. Afortunadamente, el 80% de los enfermos tienen una enfermedad vírica leve y pueden permanecer en su domicilio.

¿Cómo podemos controlar esta epidemia?

Simplificando mucho, las epidemias de este tipo se controlan:

-Por el distanciamiento o aislamiento social. Tiene efecto pero, por lo comentado previamente, es lento. Tengamos en cuenta que las personas que ahora están ingresando en el hospital, de media, se infectaron hace 14 días, cinco días antes de declararse el «Estado de Alarma» en España.

-Al tener suficiente población inmunizada, de forma que la transmisión disminuya, al haber menos personas susceptibles de ser infectadas. Con este virus, dado que no hay vacuna por ahora, la forma de estar inmunizado es haber pasado la infección. Es posible, conocido cómo se transmite este virus, que una buena parte de la población ya esté inmunizada.

¿Qué va a pasar en los próximos días?

Que observaremos cómo se produce el control de la epidemia. Que por fin vamos a ver la luz al final del túnel. Esto es lo que nos dicen los datos.

El número máximo de casos en España (el pico de la curva epidémica) se va a producir entre el 1 y el 4 de abril. A partir de ahí, va a haber, cada día, más personas recuperándose que enfermando. Aún así vamos a seguir teniendo fallecimientos.

Y cuando estemos más tranquilos, más adelante, escribiré sobre el comportamiento humano… Estos días muchos profesionales y autoridades sanitarias han sido criticados. Hay dos deportes nacionales, la crítica destructiva y la envidia. Tanto a nivel nacional como a nivel regional estamos en las mejores manos. Personalmente conozco a varias personas que están liderando este proceso y son muy buenos profesionales.

Como ejemplo, ayer, algunas personas hablaban del “confinamiento total”, exigiendo a las autoridades que lo declarasen…. pero otra vez los datos hablan… desde que te infectas hasta que acabas en el hospital (sea hospitalización convencional o UCI) transcurren unos 14 días, con un periodo de incubación incluido de 5 días.

Dado que esperamos el pico máximo de pacientes entre el día 1 y 4 de abril, todos los que van a ocupar UCI para entonces, hoy mismo,  día 23 de marzo, ya están infectados.

Por tanto, actualmente el confinamiento total, tendría poco impacto en la evolución de la epidemia.

Espero que estas personas rectifiquen a la vez que rectifica la curva epidémica. Un dicho: ”Cualquier medida tomada antes de una epidemia parecerá exagerada y cualquier medida tomada después parecerá insuficiente”. Es muy fácil criticar. Los profesionales de los servicios sanitarios seguimos en primera línea, muchos infectándonos por el virus, pero es nuestra forma de ser y de vivir y para ello tenemos  conocimientos, experiencia y actitud.

En los próximos días comenzaremos a controlar la epidemia en España. Está siendo un esfuerzo de todos.

En las crisis se observa lo de mejor de cada persona…. y lo peor.

Dado que seguimos sin piscinas, escucharé durante un ratito a Dire Straits…

Coronamiedo. Lo peor de la epidemia está por llegar.

Retomo mi blog, hoy día 19 de marzo, que es el 24º día de epidemia por coronavirus en España.

Cuando escribí mi entrada previa apenas había comenzado la epidemia en España; se había confirmado un caso en La Gomera.

Desde entonces tenemos una epidemia con crecimiento exponencial.

Y lo peor de la epidemia va a llegar en las próximas semanas.

Estamos en el ojo del huracán de la epidemia. Nunca hemos conocido un problema de salud que amenace la capacidad de respuesta de nuestros servicios sanitarios. Esta epidemia afecta simultáneamente a un gran número de personas, lo que puede poner en riesgo de saturación a los servicios sanitarios. Se nos están llenando los hospitales.

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Esta situación pone a prueba nuestra capacidad de adaptación en los hospitales. Por ahora estamos consiguiendo adaptarnos muy bien. Nuestros hospitales han enfocado sus esfuerzos a la epidemia COVID19 en una semana. Ha sido el rediseño de los hospitales en tiempo record. Nada tiene que ver con su disposición hace un mes. Y todo gracias a los profesionales de los hospitales. Y gracias a ellos resolveremos la epidemia.

¿Cómo va a evolucionar esta epidemia en España en las próximas semanas?

En los gráficos siguientes expongo el escenario en el que creo que vamos a estar en las próximas semanas. Este escenario está elaborado por mí, con mis conocimientos y experiencia y con los datos que publica oficialmente, cada día, el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España.

Hacer un escenario siempre es muy arriesgado, hay que interpretarlo con mucha cautela. Sólo predecimos más o menos bien los próximos 4 o 5 días.

Todavía estamos en el comienzo de la curva ascendente. El número de casos va a aumentar de manera considerable en las próximas semanas, llegando a su pico máximo alrededor del 5 de abril (dos semanas y media más)

En España llegaremos aproximadamente a los 107.000 casos a la vez.

Esto va a ser así, si seguimos haciendo el test diagnóstico sólo a las personas que tienen una sintomatología muy clara, como ahora hacemos. Si comenzamos a hacer el test a todas las personas que presenten algún síntoma compatible con infección por coronavirus, es posible que sean hasta 200.000 personas.

En el gráfico 1 se observa la estimación de casos para los próximos 4 días. Llegaremos a algo más de 37.000 casos en España. Por tanto, en cuatro días, multiplicamos por algo más de dos el número de casos. De ellos hay que descontar el número de personas recuperadas, que esperemos que en 4 días esté cerca de los 3.000 pacientes.

Gráfico 1. Evolución del número de casos en España en los próximos cuatro días.

En el gráfico 2 se compara la evolución de la epidemia en Italia y en España. He adelantado temporalmente siete días la línea correspondiente a España, para que se observe que llevamos el mismo camino. Estamos replicando lo que hace Italia, con algunos casos más, y con un desfase de una semana. Esto es, somos como Italia, una semana después. La epidemia en España comenzó siete días después que Italia.

Gráfico 2. Comparación del incremento de casos entre Italia (31 días de epidemia) y España (24 días de epidemia). El calendario se corresponde con los datos de Italia.

En el gráfico 3 se observa una estimación de toda la curva epidémica, con el mayor número de casos enfermos a la vez, cerca del día 5 de abril. Actualmente hay enfermos unos 16.000 pacientes, dado que hay 17.147 casos pero ya se han recuperado 1.107 personas. Llegaremos a tener alrededor de 107.000 personas enfermas a la vez.

Gráfico 3. Estimación de la curva epidémica COVID19 en España.

A partir del día 5 de abril, aproximadamente, comenzaremos a tener más personas recuperándose que enfermando.

Según la evolución de la epidemia, en estos próximos días iré adaptando el escenario, en lo que se refiere al número de casos y a la evolución temporal. Y lo publicaré en este blog.

Nos quedan varios días difíciles pero sabemos que tenemos los mejores profesionales del mundo y uno de los mejores sistemas sanitarios del planeta tierra.

En la siguiente entrada explicaré por qué es tan difícil frenar a este virus.

Hoy no me voy a nadar… siguen cerradas las piscinas. Pero sí voy a escuchar a Dire Straits…

Paciencia… de esta salimos… inmunizados.

Esta entrada va dedicada a los compañeros, a los profesionales de los hospitales de la Comunidad de Madrid, que con su conocimiento, esfuerzo y dedicación personal están consiguiendo atender a miles de madrileños con COVID19

El coronamiedo, digo…coronavirus

Ha llegado el coronamiedo, he querido decir coronavirus.

Desde China.

El coronavirus, por ahora bautizado 2019-nCoV, nuevo coronavirus del 2019, da mucho que hablar, no tanto por el aspecto médico de esta epidemia, cuanto por el comportamiento humano. Independientemente de los aspectos específicos del virus y su epidemiología (la epidemiología explica cómo se distribuye la enfermedad entre los humanos, esto es, cuántos enfermos van apareciendo, cuántos hay en cada momento, cómo se contagia, a cuántos contagia cada enfermo, cuántos fallecen, etc.) lo importante es cómo actuamos los humanos ante esta situación.

El miedo es mucho más contagioso que el virus.

Es miedo no basado en pruebas científicas. Pero claro, ¿cómo va a ser el miedo? Casi nunca está fundado en pruebas científicas y casi siempre es irracional. Es irracional, pero real. Y tenemos que gestionarlo de la mejor manera posible.  

El miedo es una emoción. Los humanos somos por este orden, primero emocionales, luego sociales y finalmente lógicos.

Las encuestas de opinión dicen que el 85% de los españoles están preocupados por el coronavirus. Yo soy del 15% restante.

¿Cómo se puede ayudar a combatir ese miedo?

Dando la mayor información posible y siempre veraz. Como en general, está ocurriendo en el momento actual.

Por eso es tan difícil gestionar bien cualquier problema de salud emergente. Cuando realicé la especialidad en Salud Pública, me enseñaron que gestionar bien una crisis de salud pública es muy difícil. Lo más fácil, aunque parezca mentira, es poner las medidas para el control del problema de salud. Lo más difícil es cómo informar de la mejor manera posible, teniendo en cuenta que hay que informar con transparencia, diciendo siempre la verdad, pero sin generar miedo gratuitamente.

En el caso actual, algunos dudan de la transparencia del gobierno chino, pero en el mundo actual, globalizado, con tantos medios de información y comunicación, formales e informales, es casi imposible ocultar una epidemia.

Todo esto se lo decía ayer a un amigo, que me preguntó: ¿podría el coronavirus cambiar genéticamente y producir la muerte de una buena parte de la población mundial? La respuesta es sí; por poder, podría, al igual que mañana podría caer un meteorito sobre el planeta tierra y hacernos desaparecer. Ahora, ¿cuáles son las probabilidades de que ocurra alguna de estas dos cosas? Prácticamente, nulas.

¿Por qué es tan importante para los organismos internacionales, como la Organización Mundial de la Salud, esta epidemia por coronavirus?

Porque este virus es nuevo, es un virus que llamamos “emergente”. Ante todos los virus emergentes o nuevos debemos estar alerta hasta que conozcamos los aspectos más importantes que los caracterizan, que son los aspectos que van a determinar a cuántas personas puede afectar y su gravedad. Y por tanto, la mayor o menor importancia para la salud de los humanos, tanto a nivel local como a nivel internacional.

Contagiosidad y letalidad.

Esos aspectos importantes, que es necesario conocer, se resumen en dos:

  1. La contagiosidad, la capacidad de transmitirse de una persona a otras, el famoso número básico de reproducción, Ro.
  2. La letalidad de las personas que se infectan, qué porcentaje fallecen. Tiene mucho que ver con la virulencia o capacidad del virus de generar enfermedad. La letalidad es la capacidad de generar enfermedad mortal.

Sería preocupante que nos encontráramos con un virus con alta contagiosidad (transmisibilidad) y alta letalidad. Y este no es el caso del nuevo coronavirus 2019-nCoV

También existen otros aspectos a tener en cuenta: cómo se transmite el virus, si existe capacidad de elaborar más adelante una vacuna, la susceptibilidad de cada persona para contraer la enfermedad, si hay personas con el virus que no presentan síntomas y si ellas lo pueden transmitir o no, etc.

Explico con más detenimiento los dos principales,

Contagiosidad:

Es el número medio de personas que resultan infectadas por cada enfermo. Cuanto mayor sea ese número, más transmisible, más contagiosa, será la enfermedad. Se mide con el llamado número básico de reproducción, Ro: es el número de personas, de promedio, a las que una persona infectada transmite el virus. En el caso del coronavirus parece que es alrededor de 2. Ro=2. Si yo estuviese infectado, de media, transmitiría “mi virus” a 2 personas. Cuanto más alto sea el número Ro, mayor probabilidad de que se extienda la enfermedad. Recordemos el Ro de otros virus: sarampión, 18; varicela, 8; Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, en China en 2002), 3,5; Gripe, 2,5; ébola, 2

En resumen, una contagiosidad baja, parecida a la gripe.

Letalidad o mortalidad de los que enferman:

Es el porcentaje de personas que tras la infección, fallecen. En el caso del coronavirus parece que es alrededor del 2%. Es importante conocer quiénes fallecen: son las personas más frágiles, las que tienen una salud más vulnerable, esto es, personas envejecidas, con enfermedades crónicas graves como insuficiencia cardíaca o respiratoria grave, etc, parecido a lo que ocurre con el virus de la gripe, cada invierno. Recordemos la letalidad de otros virus: ébola, 50%; SARS, 18%; gripe, 0,1%.

En cuanto a la letalidad, en el nuevo coronavirus se ha calculado esta cifra con respecto a las personas que presentan síntomas importantes. Sospechamos que muchas personas tienen el virus 2019-nCoV y son asintomáticos o con pocos síntomas, por lo que la mortalidad podría ser menor del 2%.

Estamos ante un virus con una contagiosidad y una mortalidad bajas, y además dicha mortalidad se concentra en personas frágiles previamente.

Impacto mundial

En cuanto al impacto global, en la población mundial, la previsión es que sea escasa. Tiene muchísimo más impacto la gripe de cada inverno. Sólo en España fallecen cada año unas 15.000 personas por la gripe. Y, de nuevo, el comportamiento humano: existe una vacuna para dicha enfermedad, y en España sólo se vacunan el 54% de las personas mayores de 65 años. Está demostrado que la vacuna de la gripe evita muertes.

Y para intentar evitar la mayoría de los virus respiratorios, ya sea la gripe o los coronavirus que ya conocíamos, o este nuevo coronavirus, lo más importante es el lavado de las manos (dado que las manos son transmisoras de los virus). También estornudar en el codo y no en las manos, mantener una distancia de más de un metro con las personas que tengan algún proceso “catarral”, desechar los pañuelos, etc. Y las mascarillas pueden ayudar, pero no son lo más importante, aunque se hayan agotado en algunos comercios.

Me voy a nadar con música de Dire Straits. Feliz día capicúa 02022020.

Por cierto, el «coronamiedo», dado que hasta ahora no se le ha ocurrido a nadie, lo he patentado…y dos huevos duros…