Coronavirus. La tormenta perfecta.

Anoche, en un rato de descanso, retomé una lectura, El arte de la guerra de Sun Tzu, estratega y filósofo chino.

“Si te conoces a ti mismo, pero no conoces al enemigo, por cada batalla ganada perderás otra; si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla”.

El enemigo actual es el coronavirus.

Y para vencerlo, hay que conocerlo.

La tormenta perfecta

Imaginemos un escenario en el que aparece un virus nuevo. Este virus se transmite por vía aérea. Tiene alta capacidad de contagio, puede infectar a toda la población, no sólo a una parte, se transmite con facilidad entre muchos ciudadanos y sin apenas darnos cuenta. Y además es bastante letal, mata a muchas personas de las que infecta.

Es la tormenta perfecta. Es nuestro escenario actual. Es nuestro coronavirus.

¿Por qué es una tormenta perfecta?

Por varias razones:

  • Porque toda la población puede infectarse. Esta condición se daba al principio de la epidemia: Nadie había contraído la infección. El virus es nuevo. Y nadie está vacunado (no hay vacuna).
  • Porque el virus pasa con facilidad de una persona a otras (alta capacidad de contagio)
    • Porque desde que te infectas hasta que mueres (las personas que fallecen)  pasa mucho tiempo, unas tres semanas. Por lo cual, al inicio de la epidemia, cuando detectamos el problema (habitualmente lo detectamos cuando una persona ha fallecido por esa causa), ya hay muchas personas infectadas, que no hemos podido detectar. Y que están diseminando la infección.
    • Porque actualmente ya hay en la población muchas personas infectadas, y un buen porcentaje de ellas son asintomáticas o con pocos síntomas. Pero transmiten.
    • Porque las personas asintomáticas lo pueden transmitir. El 40% de la transmisión se origina en personas asintomáticas. Al principio pensábamos que sólo las personas con síntomas podían transmitir el virus, pero parece que transmitimos desde dos días antes de comenzar a tener síntomas.
    • Porque cada persona se lo transmite de media, a tres. El número reproductivo básico (lo llamamos Ro) parece que, en el momento actual de la epidemia, es de 3. Esta es una cifra elevada. Cada infectado transmite la infección, de media, a otras tres personas.
    • Porque las medidas clásicas de aislamiento o distanciamiento social, cuando se toman, son limitadas, dado que ya hay muchas personas infectadas, que están transmitiendo. Y la transmisión comunitaria pasa a ser en el ámbito domiciliario.
  • Y es bastante letal. Es más grave de lo que yo pensaba. Probablemente esté produciendo la muerte al 0,6% de las personas que se infectan, esto es, a una de cada 166 personas infectadas. En la gripe estacional, es del 0,1% de la población (a una de cada 1000 personas que se infectan).  Por tanto, 6 veces más letal que la gripe. Produce la muerte, principalmente, a personas mayores de 70 años y con problemas previos de salud. De los infectados, el 5% (muchos) necesitan una unidad de cuidados intensivos (UCI) y alrededor del 15% de los pacientes necesitan ser ingresados en una cama de hospitalización convencional. Afortunadamente, el 80% de los enfermos tienen una enfermedad vírica leve y pueden permanecer en su domicilio.

¿Cómo podemos controlar esta epidemia?

Simplificando mucho, las epidemias de este tipo se controlan:

-Por el distanciamiento o aislamiento social. Tiene efecto pero, por lo comentado previamente, es lento. Tengamos en cuenta que las personas que ahora están ingresando en el hospital, de media, se infectaron hace 14 días, cinco días antes de declararse el «Estado de Alarma» en España.

-Al tener suficiente población inmunizada, de forma que la transmisión disminuya, al haber menos personas susceptibles de ser infectadas. Con este virus, dado que no hay vacuna por ahora, la forma de estar inmunizado es haber pasado la infección. Es posible, conocido cómo se transmite este virus, que una buena parte de la población ya esté inmunizada.

¿Qué va a pasar en los próximos días?

Que observaremos cómo se produce el control de la epidemia. Que por fin vamos a ver la luz al final del túnel. Esto es lo que nos dicen los datos.

El número máximo de casos en España (el pico de la curva epidémica) se va a producir entre el 1 y el 4 de abril. A partir de ahí, va a haber, cada día, más personas recuperándose que enfermando. Aún así vamos a seguir teniendo fallecimientos.

Y cuando estemos más tranquilos, más adelante, escribiré sobre el comportamiento humano… Estos días muchos profesionales y autoridades sanitarias han sido criticados. Hay dos deportes nacionales, la crítica destructiva y la envidia. Tanto a nivel nacional como a nivel regional estamos en las mejores manos. Personalmente conozco a varias personas que están liderando este proceso y son muy buenos profesionales.

Como ejemplo, ayer, algunas personas hablaban del “confinamiento total”, exigiendo a las autoridades que lo declarasen…. pero otra vez los datos hablan… desde que te infectas hasta que acabas en el hospital (sea hospitalización convencional o UCI) transcurren unos 14 días, con un periodo de incubación incluido de 5 días.

Dado que esperamos el pico máximo de pacientes entre el día 1 y 4 de abril, todos los que van a ocupar UCI para entonces, hoy mismo,  día 23 de marzo, ya están infectados.

Por tanto, actualmente el confinamiento total, tendría poco impacto en la evolución de la epidemia.

Espero que estas personas rectifiquen a la vez que rectifica la curva epidémica. Un dicho: ”Cualquier medida tomada antes de una epidemia parecerá exagerada y cualquier medida tomada después parecerá insuficiente”. Es muy fácil criticar. Los profesionales de los servicios sanitarios seguimos en primera línea, muchos infectándonos por el virus, pero es nuestra forma de ser y de vivir y para ello tenemos  conocimientos, experiencia y actitud.

En los próximos días comenzaremos a controlar la epidemia en España. Está siendo un esfuerzo de todos.

En las crisis se observa lo de mejor de cada persona…. y lo peor.

Dado que seguimos sin piscinas, escucharé durante un ratito a Dire Straits…